This article was translated by Carolina González ’20.
Miembros del equipo de limpieza de Saint Joseph’s University se manifestaron en el campus de la universidad este pasado 10 de octubre para expresar sus frustraciones en cuanto a lo que la representante de la unión de trabajadores Daisy Cruz describe como una batalla para salarios más altos; la misma cuál ha durado sobre dos décadas.
“Estos trabajadores simplemente están cansados,” dijo Cruz. “Han rogado de manera amable, han hecho todo lo posible y simplemente están cansados de no recibir paga adecuada.”
El equipo de mantenimiento de Saint Joseph’s, contratado a través de la Arthur Jackson Company, hacen menos de $15 por hora. Sus contrapartes, los cuales limpian edificios en Filadelfia y sus alrededores, son pagados cerca de $18 la hora.
Durante la manifestación, estudiantes y miembros de la facultad y administración se unieron a los trabajadores en la marcha desde Campion Student Center a la esquina de las avenidas Cardinal y City.
Cuando los manifestantes llegaron a la avenida Cardinal, Shana Cohen, una empleada que lleva 11 años en la universidad, se sentó en medio de la calle junto a otra empleada de mantenimiento y una representante de la unión de trabajadores, a pesar de ser ordenadas a moverse a la acera por parte de la policía. Las tres fueron esposadas y citadas a corte.
“Solo necesitamos un salario adecuado. Eso es todo lo que queremos,” dijo Cohen, luego de ser liberada por la policía. “Nosotros nos fajamos. Sin nosotros, este campus no se vería de la forma que se ve actualmente.”
Tamika Fields ha trabajado para Saint Joseph’s por ocho años luego de ser empleada del Lankenau Hospital Medical Center. Ya que el contrato original de Fields’ era entre Arthur Jackson y Lankenau, su salario es de $18 la hora; el salario que exigen otros empleados de mantenimiento.
“Cuando llegué a este lugar y vi que me pagaban más, dije esto es la misma compañía y la misma unión, esto no es justo,” dijo Fields.
Los trabajadores dijeron que no recibieron ninguna explicación de parte de Arthur Jackson, o Saint Joseph’s, en cuanto por qué su salario es menos que el de Fields.
“Están haciendo exactamente el mismo trabajo,” dijo Cruz. “Ellos aman su trabajo. Han estado aquí por mucho tiempo, y lo único que piden es un salario que de abasto.”
Según el presidente de la universidad, Mark C. Reed, Ed.D., el contrato entre Saint Joseph’s y Arthur Jackson no califica para renovaciones ni negociaciones en este momento. También dijo que la universidad no es parte de esta discusión.
“Es importante notar que SJU no establece el salario, ni le paga directamente, a empleados por contrato,” dijo Reed en un correo electrónico a The Hawk. “Aunque nuestros empleados de limpieza son miembros valorados dentro de nuestra comunidad, al final del día son empleados de Arthur Jackson. Sus actas de negociaciones son entre ellos y Arthur Jackson, no SJU.”
Reed añadío, “Apoyamos los esfuerzos de empleados por contrato y su derecho por abogar por contratos beneficiosos, tanto para ellos como para su patrono.”
El equipo de mantenimiento dijo que aunque sus mayores pleitos van dirigidos hacia Arthur Jackson, quien les provee empleo, todavía piden apoyo de parte de la universidad.
Bob Martin es el presidente de el Building Operations Labor Relations (BOLR por sus siglas en inglés), quién representa a Arthur Jackson, como a otras compañías quienes le proveen empleo a miembros del Service Employees International Union (SEUI por sus siglas en inglés) 32BJ. La SEUI representa a cerca de 50 empleados de mantenimiento de Saint Joseph’s.
Aunque hay un contrato general entre la entidad local de 32BJ y el BOLR que determina ciertos detalles, tales como cómo los empleados reciben su salario y sus beneficios, también hay un contrato entre Saint Joseph’s y Arthur Jackson para proveer servicios de limpieza. Dentro de este contrato hay una disposición específica, que dicta una paga más baja, según Martin.
Martin dice que esta disposición habría sido negociada entre Arthur Jackson y SEIU 32BJ, pero que la universidad probablemente tuvo algo que ver dentro de estas negociaciones. Martin no sabe específicamente qué estipula ésta disposición, pero proveyó posibles razonamientos.
“Saint Joseph’s quizás tenía un presupuesto fijo, lo cual pudo haber llevado a una conversación sobre cuán caro o barato pudiese ser los servicios de limpieza,” Martin dijo. “Nuestro contrato primordialmente aplica al sector de nuestro negocio que se ocupa de contratos con oficinas comerciales. Saint Joseph’s University obviamente no es un edificio de oficinas, y tiene un esquema financiero diferente a otras entidades.”
En respuesta a varias preguntas de este medio, Pete Brown, CEO de el Arthur Jackson Company, dijo en un correo electrónico que no sería prudente de él “comentar o proveer información durante este proceso de negociaciones.”
En respuesta a una pregunta a cerca de el rol de la universidad en cuanto a la implementación de la disposición en el contrato, Gail Benner, directora de relaciones públicas de SJU, dijo en un correo electrónico a The Hawk, “no puedo especular en cuanto a situaciones hipotéticas. Mientras no estamos tomando parte en las negociaciones actuales entre la compañía de limpieza que hemos contratado y sus empleados, apoyamos el derecho de los empleados de poder manifestarse.”
Rose Weldon, una de las trabajadoras involucradas en el comité de negociaciones, ha estado trabajando en Saint Joseph’s por dos décadas. Weldon dice que esto es “una lucha” para obtener mejor paga.
En negociaciones más grandes entre empleados de la 32BJ y gerentes de varios edificios en el área de downtown, trabajadores buscan mejores pensiones y planes médicos. Para empleados de Saint Joseph’s, el objetivo primordial es obtener la misma paga que otros empleados dentro de Filadelfia.
El equipo de mantenimiento de Saint Joseph’s participará en una manifestación que involucra a otros empleados de la ciudad si su patrono no cumple con sus demandas a eso de la medianoche el 15 de octubre, el día que el contrato entre la ente local de 32BJ y BOLR se expira.
“Si entramos al área de negociaciones y no recibimos lo que estamos pidiendo, obviamente vamos a manifestarnos,” dijo Weldon. “No vamos a trabajar.”
Manifestantes coreaban “eliminen salarios de pobreza” mientras marchaban por el estacionamiento adyacente al Campion Student Center.
Oficiales de Public Safety, la policía de Filadelfia y la policía de Lower Merion estuvieron presentes, junto a una multitud de sobre 100 personas. Varios grupos y clubes de la universidad también estuvieron representados en la marcha, incluyendo el Student Senate, Hawks for Just Employment, el Black Student Union y Campus Ministry.
Jess Arends ‘20 ayudó a organizar el evento junto a Hawks for Just Employment, una organización estudiantil dedicada a advocar por los derechos de los trabajadores. El grupo está trabajando junto a la universidad para redactar una política de empleo justo dentro del campus. Para Arends, estos trabajadores representan la misión de Saint Joseph’s.
“Esto es para poder estar en solidaridad con [el equipo de limpieza],” dijo Arends. “Porque la comunidad de Saint Joseph’s no solo está compuesta por los estudiantes, sino también por la facultad y la administración. Esta comunidad somos todos nosotros.”
Weldon dijo que piensa que la manifestación logró llevar el mensaje de manera efectiva; este mensaje siendo que los miembros de la comunidad universitaria “abran los ojos de la mente”. También dijo que el evento logró ayudar a galvanizar el apoyo de la comunidad.
“Nos merecemos el salario por el cual estamos luchando,” Weldon dijo. “Nuestro trabajo ha aumentado ya que han despedido a varios empleados, lo cual significa que ahora nosotros tenemos que hacer nuestro trabajo, más el de ellos. Solo nos merecemos nuestra paga. Eso es todo lo que puedo decir. Seguimos haciendo nuestro trabajo a pesar de todo. Solo esperamos que hagan bien por nosotros.”
El día después de la manifestación, tres estudiantes representantes de Hawks for Just Employments, intentaron presentar una protesta ante el presidente Reed, firmada por 84 miembros de la comunidad universitaria, haciendo un llamado a la universidad para que apoyen los esfuerzos de los empleados de mantenimiento.
Stephanie Crispell ‘20, una de las líderes de Hawks for Just Employment, fue una de las estudiantes que fue permitida entrar a la oficina del presidente para entregar la petición. Aunque Reed no se encontraba en su oficina, una de sus asistentes aseguró que la petición llegaría a manos de él.
Crispell le dijo a The Hawk que piensa que la universidad pudiera tener un impacto en las demandas de los trabajadores.
“Saint Joseph’s contrata a empleados de Arthur Jackson y otras compañías y organizaciones, pero la universidad tiene la habilidad de establecer ciertos parámetros dentro de dichos contratos, incluyendo salarios específicos que empleados han de recibir si estarán trabajando dentro de la universidad,” Crispell dijo. “Pueden establecer ciertas regulaciones dentro del espacio de trabajo.”
El 25 de septiembre, Weldon intentó entregarle una petición redactada por sus compañeros de trabajo a Reed, “para dejarle saber sus frustraciones acerca de su salario.”
Cuando Weldon y sus compañeros llegaron a la oficina, se toparon con oficiales de Public Safety y el director de seguridad y Public Safety, Art Grover.
Grover dijo que había sido informado de que los empleados de mantenimiento estarían yendo a Regis Hall para hablar con el presidente, pero que no recuerda quién exactamente le proveyó esta información. Dijo también que le pidieron que recibiera la petición de parte de Reed—justo afuera de la oficina del presidente.
Reed dijo que él no se encontraba en el campus en ese momento y que no le dio órdenes a Public Safety de que rodearan el área afuera de Regis. A pesar de esto, Weldon dijo que estaba decepcionada por el hecho de que a ella y sus compañeros se les negara la entrada a una oficina que ellos mismos limpian.
“Lo encuentro un poco ofensivo,” dijo Weldon. “Nosotros trabajamos ahí. Limpiamos ahí frecuentemente. No entiendo su lógica. No estábamos ahí para pelear con nadie. Simplemente estábamos ahí para entregar un pedazo de papel.”
Weldon, quien funge como ministro en su iglesia en el oeste de Filadelfia, dijo que las personas dentro de los edificios en los cuales ella ha trabajado por los últimos años “han sido amables y compasivos.” Sin embargo, opina que la universidad pudiese hacer un mejor trabajo cuando se trata de sus empleados—incluyendo a empleados por contrato.
“Siento que esta universidad, al ser una universidad católica, un espacio religioso, que las cosas deberían ser diferentes,” Weldon dijo. “Pienso que las personas deberían practicar lo que predican.”
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